domingo, 22 de diciembre de 2013

La Espectadora

Me bautiza con ese nombre (el gran) Jorge Calvo. Siempre ha tenido ojo para amadrinar proyectos, y fue él quien, de forma casual, vino a dar con el nombre de este blog, que pretende contar mis andanzas como espectadora de teatro.

Nos conocemos desde hace algunos años, y siempre dice que el día que se instaure la categoría de Premio Max al Mejor Espectador, el galardón será para mí.

Yo soy más modesta, y me conformo con seguir disfrutando de ir a ver teatro y ser La Espectadora, sin más. Recogiendo el generoso regalo de esa nutrida familia de artistas que se deja la piel y entrega el corazón ante, sobre y tras el escenario.

Algunos pasajes de esos momentos vividos conformarán las páginas de este libro abierto, memoria de mis viajes, canción de amor inacabada y siempre viva, dedicada al Teatro.

Porque vosotros hacéis el mundo más bello; porque sois el pulmón de una sociedad en constante necesidad del oxígeno de las ideas; porque hacer teatro es militancia, y a vuestra manera, sois resistencia. 

Porque sois el espejo en el que toda sociedad debe mirarse. 

Porque, en definitiva, sois los moradores de mi "casa grande", mi patria del alma: el Teatro.

Bienvenidos a estas páginas. Ésta también es vuestra casa.



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