Nos conocemos desde hace algunos años, y siempre dice que el día que se instaure la categoría de Premio Max al Mejor Espectador, el galardón será para mí.
Yo soy más modesta, y me conformo con seguir disfrutando de ir a ver teatro y ser La Espectadora, sin más. Recogiendo el generoso regalo de esa nutrida familia de artistas que se deja la piel y entrega el corazón ante, sobre y tras el escenario.
Algunos pasajes de esos momentos vividos conformarán las páginas de este libro abierto, memoria de mis viajes, canción de amor inacabada y siempre viva, dedicada al Teatro.
Porque vosotros hacéis el mundo más bello; porque sois el pulmón de una sociedad en constante necesidad del oxígeno de las ideas; porque hacer teatro es militancia, y a vuestra manera, sois resistencia.
Porque sois el espejo en el que toda sociedad debe mirarse.
Porque, en definitiva, sois los moradores de mi "casa grande", mi patria del alma: el Teatro.
Bienvenidos a estas páginas. Ésta también es vuestra casa.
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